El 72% de los emprendedores en Estados Unidos inician su negocio con un socio, sobre todo negocios pequeños. Hay múltiples razones para hacerlo, pero no siempre es por la necesidad de capital.
Júntate con gente que se parezca a ti y comparta tus mismas pasiones; hay un proverbio africano que dice: “Si quieres llegar rápido, camina solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
Ésta es una poderosa razón para buscar un socio, sobre todo cuando él
puede aportar el capital que se necesita para arrancar; el socio capitalista puede ser una solución financiera siempre y cuando te dé libertad de operar. Por esta razón es muy importante establecer los términos y condiciones en un contrato legal.
Los socios, aparte de traer el capital, pueden aportar otros elementos, como por ejemplo, los contactos, las relaciones públicas o aptitud de ventas. Un socio también puede ser un excelente complemento: alguien que te aporte los conocimientos; y no es necesario que esta persona y tú tengan las mismas habilidades, sino que las diferencias los complementen.
La integración de un socio te puede dar tranquilidad. Si decides emprender con alguien, asegúrate de que comparten el mismo propósito y viajan en el mismo barco. Si no encuentras ni apoyo económico, emocional o de trabajo es mejor que lo hagas en solitario.